domingo, 12 de junio de 2011

La empleada doméstica

Harto de buscar, ordenar y andanzas, decidimos con mi novia contratar a una empleada doméstica, que limpie la casa a la perfección y nos deje un poco más de tiempo para follar. Adela era morena, desarreglada, de mal vestir, grande y olía mal; antes de contratarla hablamos con ella para que cambiara un poquitin de aspecto, que se vea bien para que no asuste a mis ebrios amigos, tremendos hijos de puta. Se presentó al día siguiente y la verdad que vino muy bien; la morena tenía guardado un 'culazo' y pinta de reputa, buena figura y ahora que se veía muy guapa nos contó que venía de una familia al norte de Andorra, y que era hija mayor de un grupo de inmigrantes franceses, que tenía 3 hijos y un ex matrimonio con un marine que se la follaba borracho y en porros cada vez que regresaba de putas a casa.

Adela limpiaba la casa con un pantalón de deporte ceñido al cuerpo, era muy obediente; cuando estaba en cuatro patas echandole cera y lustre al piso levantaba el gigante culo y se veía espectacular; la pija se me paraba viendole mover las caderas y de vez en cuando pensaba que lo hacía a propósito para incitarme o excitarme mientras la miraba. Y así pasaron los días y semanas enteras, mirándole el trasero espectacular a esta negra linda y ella sonriendo en complicidad, mientras la ropa interior asomaba por encima de las nalgas y por debajo del ceñido pantalón, un hilo dental un poco pasado de moda ... pero listo para los dientes.

Cierto día mi novia tuvo que salir muy temprano y yo me puse a ver una porno en la habitación, una película reciente que habíamos comprado en el mercado de baratijas, una de teenagers comiéndose gigantes pollas en todas las formas posible. Por casualidad (o causalidad) Adela irrumpe en mi habitación sin tocar la puerta y encuentra de "primer plano" una escena de sexo oral con una enorme pija en la boca de una nenita en pantalla ... y yo con una mano en la polla a punto de 'sacarla'. "Disculpeme, señor" me dice e intenta retirarse, pero yo le pido que se quede y me invento un par de preguntas estúpidas para que conversemos con un poco de familiaridad, mientras tanto, la escena en el video avanzaba y el fornido actor tenía a la menudita rubia 'atravesada' en cuatro patas con semejante mounstruo de dos pelotas. Los gemidos en el video sonrojaban a Adela; sin embargo, me pregunta qué es lo que estaba viendo; yo le respondo: "Una porno ... ¿no te gusta?". Ella me responde: "Ese hombre la tiene enorme ... pobre chica"; mientras miraba de reojo cómo se me ponía la polla como carpa debajo de la sábana.

Después de interminables cinco minutos, le pregunté si sabía dar masajes con las manos; ella me respondíó que no era una experta; sin embargo, me comentó que algunas cosas había aprendido con el anterior marido, un gordito hijo de puta al que le gustaba que le pelliscaran las nalgas, me confesó. Ante ello, le ofrecí pagarle 'un plus' si me ayudaba con los dolores de espalda (aunque en mi pensamiento la tenia en cuatro patas follándomela sin parar). Adela me miró fijamente, como si por dentro adivinara mi oscuro pensamiento, tan oscuro como su hermosa piel morena ...

[Esta historia continuara ...]